Seguro que si convives con un gato le has pillado alguna vez in fraganti comiendo hierba, incluso sin tener apetito, y te has preguntado con qué finalidad lo hace, si después a veces acaba hasta vomitando. Pues un estudio reciente ha dado con la clave de este comportamiento, que no es un acto caprichoso del gato, sino que responde a un gesto evolutivo.